Cuando el intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR-Cartista), asumió en diciembre del 2019, recibió la Municipalidad de Asunción con una deuda a pagar de G. 305.000 millones correspondientes a las emisiones de bonos G3, G4 y G5.

Rodríguez debía administrar la comuna de manera que se tuviera la liquidez necesaria para pagar esta deuda en los siguientes años. Recibió ingresos por G. 1 billón 76 mil millones en el 2020; G. 1 billón 110 mil millones en el 2021; G. 1 billón 518 mil millones en el 2022; y G. 1 billón 741 mil millones en el 2023, según sus rendiciones.

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No obstante, el intendente derrochó en salarios, aproximadamente el 80% de los tributos municipales cada año. Asimismo, realizó 3 nuevas emisiones de bonos (G6, G7 y G8) por un total de G. 660 mil millones que se supone eran para obras, pero finalmente utilizó también gran parte de estos fondos en gastos corrientes, según él afirma, aunque no mostró facturas hasta ahora. Aún así, siguió emitiendo millonarios préstamos de déficit de caja cada año, que han generado intereses.

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Toda esta gestión nada austera y con falta de transparencia, derivó a que en el 2023 el intendente se quedara sin dinero para pagar los bonos que ya estaban por vencer, correspondientes a la administración anterior (G3, G4 y G5) y una cuota de su propio bono (G6). Tuvo tres años para prever el pago, pero no lo hizo, por lo que en el 2023 realizó otra emisión de bonos para pagar bonos. Se denominó G9 y el monto fue de G. 195.000 millones.

Nenecho emitió bonos con descomunales intereses

La Contraloría General de la República (CGR) observó en su último informe -publicado esta semana- sobre los bonos municipales, específicamente sobre esta decisión, que Rodríguez colocó los bonos G9 a “una tasa significativamente más alta” en comparación a los bonos rescatados.

Resalta que el monto de los intereses que se deberá pagar por los bonos G9 superan incluso el monto que fue prestado. “La comuna recibió G. 195.000 millones por el bono G9, pero deberá devolver con intereses un total de G. 421.898 millones. Los intereses son el 54% del total”, refiere.

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El intendente solo “pateó” el problema hacia el futuro, y ahora la deuda de bonos alcanza G. 817.500 millones, mucho más del doble de lo que recibió. Asimismo, el balance del primer cuatrimestre 2024 de la municipalidad muestra que los intereses a largo plazo (de bonos y de préstamos) son de G. 857.122 millones. Si colocamos en un gráfico todos los vencimientos de bonos, podemos ver cómo el problema “explotará” en la cada del siguiente valiente que tome la silla municipal.

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El año que viene se debe pagar la cuota de los bonos G5 por G. 12.500 millones; en el 2027 también se deben pagar G. 12.500 millones; en el 2028, se deberán abonar G. 45.000 millones por los bonos G9; y en el 2029, se abonarán G. 100.000 millones por los bonos G6 y G9; pero el periodo del 2030 al 2032 será el más difícil para la comuna.

Bonos de Nenecho: en tres años, se deberán pagar G. 560.000 millones solo en bonos

En el 2030 se junta el vencimiento de bonos G8 y G9, por un total de G. 140.000 millones. En el 2031, se deberán pagar los bonos G7 y G8 por un total de G. 190.000 millones. Finalmente, el peor año será el 2032, con el vencimiento de cuotas del G7 y G8 por un total de G. 230.000 millones. En tres años, se deberán pagar un total de G. 560.000 millones.

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El intendente, actualmente ya no tiene liquidez ni para pagar salarios de funcionarios, por lo que en principio pensaba en una nueva emisión de bonos, la G10, pero ante la denuncia de nuestro diario, del desvío de G. 500.000 millones de bonos, reculó.

Es así que días atrás pidió a la Junta Municipal que le apruebe un préstamo de déficit temporal de caja por unos G. 300.000 millones. Si ahora se debe recurrir a préstamos incluso para pagar salarios, ¿cómo hará el siguiente intendente para sostener la comuna y pagar estas siderales deudas?