
Industrialización de soja registra leve reducción: ¿se recuperará la molienda este año?
Al cierre del quinto mes del año, la industrialización acumulada de soja alcanzó 1.341.456 toneladas, que representa una leve caída del 2% frente al mismo periodo del año pasado. No obstante, ...
Al cierre del quinto mes del año, la industrialización acumulada de soja alcanzó 1.341.456 toneladas, que representa una leve caída del 2% frente al mismo periodo del año pasado. No obstante, según la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), el resultado se mantiene en 130 mil toneladas por encima del promedio de molienda acumulado hasta mayo en los últimos tres años (sin sequía).
En general, la molienda de soja y otros granos sumó 1.365.344 toneladas hasta mayo, con una caída en torno al 3%, si se compara con el mismo periodo del año pasado. “Pero, estuvo en línea con el volumen promedio de los últimos cinco años”, explicó.
Para lo que queda del año, el gremio de las aceiteras estima una menor presión externa sobre la soja paraguaya, especialmente por la normalización de factores como la brecha cambiaria en Argentina, principal destino del grano local, que redujo sus importaciones en un 17% interanual hasta mayo. “Si a esta disminución de presiones externas se sumarán políticas públicas para fortalecer a la industria aceitera nacional, se podría generar no solamente más divisas por exportar productos de mayor valor, sino también más puestos de trabajo formales y de calidad para nuestro país”, detalló.
Con el volumen procesado hasta el quinto mes del año, mencionó que el agregado de valor o procesamiento de materia prima acumulado representa una utilización de la capacidad instalada de las fábricas de un 76%, dos puntos porcentuales por debajo del registro del mismo periodo el 2024. “Se viene trabajando bastante por debajo de las posibilidades de la industria, a pesar de que la disponibilidad de materia prima viene aumentando, por lo que es clave trabajar en políticas públicas para revertir esta realidad”, añadió.
Exportaciones del complejo sojaHasta mayo, las exportaciones del complejo soja alcanzaron US$ 1.765 millones y representaron el 39% de todas las exportaciones registradas en el país. De acuerdo con la Cappro, el valor representa una reducción del 25% con respecto al mismo periodo.
Los envíos al exterior de los productos derivados de la industrialización de la soja sumaron US$ 456,25 millones a mayo. Esta cifra implica que la participación del componente industrial del complejo mejoró dos puntos porcentuales hasta alcanzar el 26% del total, aunque implica una diferencia o baja del 18% en la comparación interanual.
“Mientras que la exportación de granos cayó 27% en valor y 22% en volumen, las toneladas de aceite, harina y cascarilla en conjunto cayeron 18% y 17%, respectivamente. Estos datos hablan de la resiliencia del sector, que cumple un papel clave en nuestro país por su impacto tanto económico como social, a la par que refuerza su potencial”, analizó.
¿Por qué se estancó la industrialización de la soja? Aceiteras reclaman “inequidades”
Piden diseñar estrategia para la industriaDesde el gremio de las industrias aceiteras, se enfatizó en que Paraguay tiene el potencial para convertirse en un actor estratégico no solo como proveedor de materia prima, sino como generador de valor agregado mediante la industrialización de sus productos agropecuarios. “El procesamiento local de oleaginosas para producir proteínas vegetales nos puede permitir insertarnos con mayor fuerza en las cadenas globales”, aseguró.
No obstante, aseguró que ese potencial hoy está lejos de ser plenamente aprovechado, atendiendo que las capacidades industriales instaladas operan muy por debajo de su nivel óptimo, con niveles de ociosidad que en algunos casos supera el 30%. Expresó que esta realidad implica una pérdida de oportunidades económicas y también representa una señal de alerta sobre las condiciones estructurales que limitan el desarrollo del sector.
“Para avanzar, es indispensable una estrategia articulada entre el sector público y el privado que impulse políticas claras, estables y orientadas a incentivar la producción con valor agregado. Se requiere previsibilidad y estabilidad en las normas de regulación y fiscalidad, que reduzcan las asimetrías con países vecinos, y mecanismos que promuevan la inversión, la innovación, la competitividad y la diversificación productiva”, subrayó.