La cotización internacional de la soja se encuentra en sus niveles más bajos de los últimos tres años. Al cierre de la tercera semana de enero, según un análisis reciente de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), el precio de la soja en la Bolsa de Chicago se ubicó en 380,29 US$/ton, lo que reflejó una caída del 14% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

El valor promedio registrado en este periodo fue de 368,34 US$/ton, que es inferior al promedio de 454,99 US$/ton observado en la campaña anterior. De acuerdo con el reporte de Capeco, en general, los precios han fluctuado dentro de un rango de 350 a 400 US$/ton desde el segundo semestre de 2024.

Al respecto, la Federación de Cooperativas de la Producción (Fecoprod) analizó los factores que inciden en la “volatilidad” del precio internacional de la soja y adelantaron que no se avizoran “mejoras” debido al buen escenario productivo de Estados Unidos, uno de los principales exportadores, que condiciona la oferta disponible.

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“Sube el precio cuando hay mucha falta de producción. Lo que sucedería si todo el cono sur esté afectado por la sequía y se produce mucho menos. Si alguna condición climática adversa afecta la campaña de Estados Unidos, ahí también puede subir. Pero, no manejamos los precios y tenemos que esforzarnos en ser más eficientes”, explicó Alfred Fast, presidente de la Fecoprod, en conversación con ABC.

Desde el sector productivo explican que las debilidades del precio de la soja se debe a la buena oferta de Estados Unidos, que superaría el nivel que alcanzó en la campaña anterior, de 113,27 millones de toneladas, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). A la par, otro de los principales exportadores es Brasil, cuyas estimaciones de producción, revisadas al alza en el último, alcanzan 166,33 millones de toneladas.

Mientras los precios de las commodities agrícolas tienen tendencia a la baja, los costos de producción se mantienen elevados, especialmente en un contexto de condiciones climáticas adversas, mencionó el presidente la Fecoprod.

“Esto obliga a los productores a producir más kilos por hectárea, solo para poder pagar costos de producción. La agricultura siempre es un riesgo”, subrayó.

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Debido a la falta de lluvias generalizadas, gran parte de los cultivos fue afectada en la etapa crítica de llenado de granos o del final de su desarrollo, hecho que ya está condicionando los rendimientos, explicó Fast.

“Ya el rendimiento no será el que podía ser, pero seguimos necesitando más lluvias para volver a sembrar, otro cultivo de ‘entrezafra’, ya sea maíz o sésamo, porque tenemos que sobrevivir”, se quejó.

Insistió en que se debe priorizar el apoyo a los productores afectados, sobre todo financiero. Celebró, en este contexto las medidas transitorias que dispuso el Banco central del Paraguay (BCP) para minimizar los efectos económicos adversos generados por los factores naturales desfavorables, que implica la formalización de las renovaciones, refinanciaciones o reestructuraciones del capital, incluyendo los intereses devengados y otros cargos en aquellos préstamos otorgados a los sectores vinculados a la actividad agrícola y ganadera.

“Ahora, tenemos que ver cómo les podemos ayudar a esos productores que no pueden refinanciarse. Hay que diseñar nuevos instrumentos y, al mismo tiempo, planificar cómo vamos a seguir adelante y con qué cultivos”, manifestó.