Tras un intenso debate, durante el cual senadores opositores insinuaron que un banco ligado al presidente de la República, Santiago Peña, construiría emprendimientos inmobiliarios dentro del actual predio del Club Recoleta, el Senado dio luz verde ayer a dicha entidad deportiva para vender parte o la totalidad del inmueble fiscal que ocupa detrás del cementerio del mismo nombre en Asunción.

Por 30 votos a favor y 12 en contra, el Senado derogó los decretos de 1941 y 1943 que impedían a la entidad deportiva vender el predio y que ordenaban la devolución de los terrenos al Estado en caso de incumplimiento. El expediente vuelve así a la Cámara de Diputados.

La intención del cartismo era dar una rápida sanción al proyecto original que abroga artículos de un decreto de 1941 presentado por el diputado Rubén Rousillón (ANR, aliado cartista), a pedido del titular del club de primera división Luis Vidal.

Sin embargo, truncó los planes de los cartistas el senador Eduardo Nakayama, quien encontró un decreto vinculante de 1943. También exhibió un video en que el expresidente del Club Recoleta Alberto Jacquet pidió no eliminar el blindaje estatal a los terrenos del club.

El senador Luis Pettengill (ANR), extitular del club Cerro Porteño, afirmó que Vidal dijo que su intención es vender “una parte” de los terrenos fiscales y construir un estadio acorde a las exigencias de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) en un terreno ubicado entre las ciudades de Luque y San Bernardino.

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Aclaró que, si bien Cerro Porteño también tuvo este beneficio, ningún presidente pudo hipotecar el predio y todos los préstamos salieron a nombre de sus autoridades.

La senadora Yolanda Paredes (Cruzada Nacional) dijo que todo apuntaba a que un banco nuevo vinculado al presidente Peña compraría parte de los terrenos del Club Recoleta.

La senadora Esperanza Martínez (FG) repudió que el Senado siempre defienda las jugadas inmobiliarias en lugar de un espacio para la gente. Insinuó que los legisladores reciben “ofertitas” y que así es como la gente tilda de vendidos a todos los legisladores.

“Van a matar un lugar precioso”, agregó Óscar Salomón (ANR). Celeste Amarilla (PLRA) acusó a los cartistas de convertir plazas y predios públicos en asentamientos, casas comerciales, iglesias y casas particulares.