
Prudencia fiscal y estabilidad política para conservar bajo el riesgo país
El índice es clave para los inversionistas porque sintetiza la percepción de riesgo crediticio que tienen los mercados internacionales sobre cada país. A mayor valor del EMBI, mayor es el riesgo...
El índice es clave para los inversionistas porque sintetiza la percepción de riesgo crediticio que tienen los mercados internacionales sobre cada país. A mayor valor del EMBI, mayor es el riesgo de default o de inestabilidad macroeconómica. Los cambios en este indicador pueden responder tanto a factores internos, como la política fiscal, la inflación o las crisis políticas, como a factores externos, entre ellos la suba de tasas de interés en Estados Unidos o el apetito global por riesgo.
A octubre de 2025, el riesgo país de Paraguay se ubicó en 116 puntos básicos, uno de los niveles más bajos de América Latina, situando al país en el tercer lugar entre las economías con menor prima de riesgo de la región, solo por detrás de Uruguay (66 puntos) y Chile (92 puntos).
La posición de Paraguay en el ranking es particularmente relevante si se considera el contexto latinoamericano, donde las brechas en el costo de financiamiento soberano son amplias. Mientras Uruguay y Chile se mantienen como referentes de solidez institucional y previsibilidad económica, Paraguay se ha mostrado en los últimos años, ciertamente, como un mercado confiable para los inversionistas internacionales.
El nivel de 116 puntos, en términos prácticos, se traduce en menores costos de financiamiento para el Estado y también para el sector privado, que suele beneficiarse del entorno de confianza que proyecta la economía paraguaya.
América Latina: una región de contrastesEl mapa regional del riesgo país evidencia una marcada heterogeneidad. En el extremo inferior, Uruguay, Chile y Paraguay conforman el grupo de países con menor riesgo percibido, con indicadores por debajo de los 120 puntos. En el rango medio se ubican Perú (120 puntos), Guatemala (143), Panamá (157), Costa Rica (161) y República Dominicana (173), que mantienen niveles moderados dado sus fundamentos macroeconómicos relativamente sólidos.
Más arriba en la escala aparecen Brasil (187 puntos) y México (212), las dos mayores economías de la región. Pese a su tamaño y liquidez en los mercados internacionales, sus riesgos son algo superiores debido a factores políticos internos, presiones fiscales y expectativas de crecimiento más débiles.
Entre los países con riesgo medio-alto se destacan Colombia (251 puntos), Honduras (300) y El Salvador (348), donde los desafíos fiscales y la incertidumbre institucional pesan sobre la confianza de los mercados. En estos casos, la percepción de riesgo se eleva tanto por la dependencia de financiamiento externo como por la concentración del poder político y la falta de reformas estructurales.
En la parte más vulnerable del espectro regional se encuentran Argentina (662 puntos), Ecuador (733), Bolivia (1.210) y Venezuela (12.620). En todos ellos, el elevado riesgo país refleja una combinación de desequilibrios fiscales, alta inflación, debilidad institucional y limitada credibilidad de la política económica. Venezuela, con un nivel de más de 12.000 puntos, se mantiene fuera de los mercados internacionales de deuda y representa un caso extremo de deterioro económico y aislamiento financiero.
El lugar de Paraguay en el grupo de países con menor riesgo país tiene implicaciones positivas tanto para el sector público como para el privado. Sin embargo, mantener esta posición requiere preservar los fundamentos que la sustentan. La estabilidad macroeconómica, la prudencia fiscal y la transparencia institucional son condiciones clave para que los mercados sigan percibiendo al país como un emisor confiable. Por tanto, eventuales desequilibrios en el gasto público, aumentos abruptos de la deuda o señales de inestabilidad política podrían alterar esa percepción y encarecer el financiamiento futuro.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones
