Don Rigoberto Olmedo puede ser considerado toda una reliquia histórica para esta comunidad chaqueña, debido a los múltiples trabajos que solía realizar, sobre todo en épocas en que se carecía del servicio de profesionales.

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El octogenario trabajaba en tornería, hojalatería, albañilería, soldadura y hasta reparaba armas de los estancieros de la zona.

Una de las tareas que más caracterizaban a don Rigoberto era el mantenimiento y la reparación del reloj a cuerda de la majestuosa catedral.

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La faena era bastante difícil, ya que el reloj se encuentra en la torre del edificio, a la que se accede a través de una angosta escalera.

Este antiguo reloj de torre es considerado un patrimonio cultural que sigue funcionando y marcando las horas para toda la población.

Octogenario en Fuerte Olimpo denunció su caso

El octogenario, quien vivía solo desde hace algunos años en su vivienda ubicada en el barrio Don Bosco, denunció que uno de sus hijos, quien desde hace bastante tiempo vive en la capital del país, pretende despojarle de su casa donde vive desde hace más de 60 años y que él mismo construyó.

Menciona don Rigo, como todos lo conocen en el pueblo, que desde hace algunos meses una de sus nietas acompañada de su familia y proveniente de Asunción se instaló en su vivienda con la intención de sacarlo del lugar. La mujer es precisamente descendiente del hijo a quien acusa el anciano.

“Procedieron a ingresar en mi casa y prácticamente se apoderaron de todas las pocas pertenencias que poseo, entre ellas mis herramientas, por lo que no puedo seguir realizando los trabajos acostumbrados”, mencionó el denunciante.

Además, solicitó que salga del lugar su nieta, para que pueda continuar su vida de siempre, según sostuvo.

Octogenario en Fuerte Olimpo recibió la visita de sus hijas

Ante la problemática surgida con el hombre, llegaron a la comunidad dos de sus hijas, en busca de encontrar algún tipo de solución. Una de ellas, de nombre Matilde Olmedo, dijo que vino desde Argentina, donde vive, ante el pedido de socorro de su padre.

La mujer acusó a su hermano Juan Andrés Olmedo de querer despojar de la vivienda a su padre, para lo cual, supuestamente y bajo engaños, habría hecho firmar un documento al anciano en que éste le cedía la propiedad a nombre de la hija del denunciado, que sería la nieta del anciano.

“Decimos que esto fue bajo engaño, porque nuestro padre niega categóricamente que haya firmado algún documento de entrega de su vivienda a mi hermano”, dijo la mujer, al tiempo de solicitar a las autoridades una correcta investigación de este caso y que se le deje vivir en paz a su padre en la vivienda que le pertenece.

Justicia

El grave caso del octogenario llegó hasta el Juzgado de Paz de la comunidad, donde los involucrados concurrieron para un comparendo a cargo de la jueza Estela Alcaraz, en este caso el anciano, la nieta y las hijas.

Una nieta pretende cuidar al anciano

Según la magistrada, la nieta en cuestión mencionó que ella fue enviada por su padre para cuidar a su abuelo, atendiendo a que el mismo vive solo y con problemas de salud y que en ningún momento pretende sacarlo de la casa.

La jueza, una vez que escuchó a todas las partes en cuestión, determinó que la nieta siga viviendo con su abuelo, quien necesita cuidados, ya que por esta situación recibió una denuncia de parte de personal de salud.

Dicha denuncia hablaba del estado de abandono del anciano, dado que sus hijas ya regresaron a sus respectivas comunidades.

Esta determinación, por supuesto, no es del agrado del anciano, ya que lo que él desea es que la nieta se retire de nuevo de la casa y lo deje vivir solo como siempre lo hacía. “¿Cómo puede ser que no pueda disponer de mis bienes?”, se preguntó don Rigoberto.

El terreno es municipal

La propiedad, a pesar de los años, aún no cuenta con título, por lo que sigue siendo terreno municipal donde se abona el impuesto anual; sin embargo, actualmente estaría a nombre de Yasmina Olmedo Duarte, nieta del anciano.

La mujer fue quien envió a su hermana acompañada de su familia para que se encargue del cuidado de su abuelo.

Intentamos tener la versión de la contraparte y hablamos con la nieta que actualmente vive en la casa con el abuelo, a quien le manifestamos que estamos dispuestos a escuchar lo que pueda decir. También puede hacerlo su hermana, la supuesta dueña del lugar.