En un comunicado emitido anoche, el Instituto de Previsión Social (IPS) confirmaba haber recibido la denuncia de un “posible error cometido por personal de enfermería durante un procedimiento médico a un menor internado”. El caso ocurrió en el Hospital Central, donde una enfermera inyectó leche directamente a las venas de un bebé de apenas un año, internado en el establecimiento de salud tras una cirugía y varios días en terapia intensiva.

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Según denunció hoy la madre del lactante, Karen Prieto, el error pudo ser fatal. La denunciando aseguró que al momento del hecho, no habían médicos de guardia en el área de Pediatría.

El doctor Gustavo González, gerente de Salud del IPS, manifestó a ABC que este caso nada tiene que ver con la renuncia masiva de médicos cirujanos pediátricos. Actualmente el Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Central, dispone de tan solo cinco profesionales, tras la renuncia de 10 médicos.

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“Lo que ocurrió con el chico de un año no tiene nada que ver con la renuncia (de médicos), porque fue un acto en sala con enfermeras. Fue un error aparentemente que se está investigando; la Dirección de Enfermería se hizo cargo y fue separada la persona involucrada, mientras se hacen las averiguaciones. También están (involucrados) Control Interno y Fiscalización Médica; se están haciendo todas las averiguaciones de manera a tener un panorama claro”, aseguró González.

El gerente de Salud aseguró también que al momento del hecho, todos los involucrados en el servicio estaban presentes cumpliendo con sus obligaciones.

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“El servicio cuenta con todos los médicos y (el bebé) no estaba en el servicio de cirugía pediátrica. Todas las averiguaciones se están haciendo para determinar cantidad de enfermeras que estaban en el momento, cantidad de médicos y ver qué grado de responsabilidad tiene cada uno de ellos”, aseveró.

El doctor González refirió que la leche debió ser conectada por una sonda nasogástrica, pero lamentablemente se aplicó a través de una vía periférica.