El secuestro del avión “Electra-Venus” de la Compañía Sociedad Aeronáutica de Medellín (SAM) de Medellín, Colombia, ocurrido el 30 de mayo de 1973, es conocido como uno de los secuestros aéreos más grandes de la historia. Esta historia de “película” involucra a dos paraguayos como los autores.

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Se trata de Francisco Solano López Domínguez y Óscar Eusebio Borja, este segudo es paraguayo naturalizado argentino. Ambos fueron jugadores en el Deportivo Pereira, de Colombia.

El avión de la SAM (Sociedad Aeronáutica de Medellín) fue interceptado cuando transportaba a 82 pasajeros. Primeramente el avión despegó desde Bogotá sin inconvenientes y su primera parada era Cali con destino final Pereira.

En Calí dos hombres, Francisco y Óscar subieron a la aeronave y se ubicaron entre las últimas sillas disponibles. Ya cómodos en el vuelo, se pusieron sus capuchas y sacaron sus armas para comenzar a amenazar a la tripulación.

Secuestradores cambiaron el rumbo del vuelo

Tras amenazar a todos, uno de ellos fue hasta la cabina y ordenó que el avión se dirigiera a Aruba; sin embargo el capitán informó que no tenían suficiente combustible para seguir volando. Por esa razón el vuelo fue redireccionado a Medellín, sitio donde se recargó combustible.

Ya rumbo a Aruba, los secuestradores exigieron 200.000 dólares y la liberación de sus compañeros que se encontraban detenidos en una cárcel del departamento de Santander.

El avión llegó a Aruba, pero ahí no terminó el secuestro. El negociador de la aerolínea solo tenía 20.000 dólares. Ante la falta de negociación, la nueva orden era despegar e ir a Perú.

El piloto pretendía aterrizar en Guayaquil para el chequeo del avión; sin embargo, los secuestradores se negaron. La decisión final fue regresar a Aruba. Allí se dio la liberación de algunas personas.

También se intentó realizar una segunda negociación. La azafata iba a ser la interlocutora. La mujer llevó comida a los secuestrados y los criminales dieron la orden de ir a Centroamérica.

Aunque sobrevolaron Panamá, Costa Rica y El Salvador, terminaron volviendo a Aruba porque no estaban autorizados a aterrizar en cualquier aeropuerto debido a la ilegalidad que estaban cometiendo.

Secuestradores accedieron a 50.000 dólares

Para aterrizar en Aruba, fueron condicionados en dejar descansar al piloto y la tripulación, que llevaban más de un día trabajando. El nuevo piloto iba a llevar consigo un maletín con 50.000 dólares. Finalmente ese fue el trato.

El 1 de junio, el avión emprendió vuelo con rumbo al sur. En Lima liberaron a 14 de 23 pasajeros que quedaron. En Mendoza saltaron algunos secuestrados y posteriormente solo quedaron la tripulación y secuestradores.

Obligaron a parar el vuelo el Resistencia y en Asunción, donde se fugaron los criminales.

Solano López contó cómo se fugó

La Policía paraguaya en ese entonces logró detener a Solano López el 7 de junio de 1973 en una vivienda. La Policía de ese entonces realizó una pesquisa hasta dar con el paradero del “pirata aéreo” y emprendió un operativo un jueves por la noche mientras el criminal dormía.

Posteriormente, López Domínguez reveló que, a indicación del piloto de la nave con la colaboración de la azafata, logró arrojarse por la puerta delantera del avión a 300 metros de la cabecera norte del aeropuerto internacional “Presidente Stroessner” a la 00:20 horas del sábado 2 de junio.

Relató que a poco de arrojarse del avión, casi fue succionado por la turbina del avión y evitó ser golpeado por una de las ruedas de la máquina. Ya en tierra, cruzó una profunda zanja que separa ambas pistas de aterrizaje y se dirigió a la ciudad de Luque, por el camino que une Asunción con Limpio.

En la localidad luqueña procedió a dirigirse a la estación del Ferrocarril donde se sentó en uno de los bancos y esperó el convoy del tren; sin embargo, dicha estación ya no contaba con el servicio del ferrocarril.

Con miles de dólares, el “pirata aéreo” tomó un colectivo

El “pirata aéreo”, luego de aguardar varios minutos, decidió dirigirse al centro de Luque y tomó un bus con destino a Asunción. López no tenía guaraníes, solo dólares americanos.

El chofer le pidió el pago de su pasaje; sin embargo, solicitó al conductor del colectivo que le convirtiera 10 dólares a moneda nacional. El chofer le dijo que solo podía darle mil guaraníes porque no tenía más dinero. Finalmente, el chofer decidió traerlo gratis hasta Asunción

Francisco descendió del colectivo en Barrio Obrero, tomó un taxi y se trasladó hasta las calles Palma y Chile. Allí cambió 300 dólares.

Su primera comida fue en Lido Bar

Ya con esta suma en el bolsillo, el referido pagó el taxi y entró al conocido Lido Bar para consumir algunos alimentos. Según había referido, no comía nada desde hace bastante tiempo.

Posteriormente, López Domínguez se fue hasta las calles Palma y 14 de Mayo donde volvió a convertir en moneda nacional unos 5.000 dólares con los cuales realizó varias compras.

Tras una conferencia de prensa en ese entonces, las autoridades refieren que Francisco José López visitó a su familiares. Éste le compró pasajes aéreos para su cuñado y hermana para ir a Colombia y les encargó que acompañen a su señora e hijos a Asunción.

El buscado recorría algunas viviendas señalando que tenía interés en adquirir una casa por la cual pagaría la suma de G. 500.000. El vocero de ese entonces, refirió que esa fue la primera pista que tuvieron sobre el aprehendido.

¿Por qué decidió realizar el secuestro?

López refirió a la Policía que decidió realizar el secuestro por la dura situación económica que estaba pasando en la ciudad de Pereira con su esposa y sus hijos menores. El mismo no estaba triunfando en su carrera futbolística.

Pastor Coronel comentó, en ese entonces, que comenzaron a recorrer la casa de los parientes del mismo y realizando algunas detenciones entre los mismos. De esa manera, los cuñados del hombre contaron que el buscado había alquilado una vivienda en Capitán Figari al 929, sitio donde posteriormente fue detenido.

Se recuperó parte del dinero

En el poder del hombre se recuperaron 18.210 dólares en efectivo y G. 256.258, que en ese entonces tenía un valor aproximado de 1.800 dólares. También fueron recuperados 4.500 dólares que los familiares del sujeto enterraron en una vasija.

López fue llevado a Tacumbú y luego extraditado

Posteriormente, López Domínguez fue llevado hasta la penitenciaría de Tacumbú. En su contra pesaba un exhorto de extradición remitido por un Tribunal Militar de Medellín que lo sindicaban con el autor del secuestro.

En febrero de 1975 se concedió su extradición y en noviembre del mismo año finalmente fue llevado a Colombia. Con importante custodio policial, el criminal tomó un avión hasta Bogotá.