La jueza Carina Frutos Recalde, quien interina el Juzgado de Garantías 6 de Ciudad del Este, otorgó arresto domiciliario a uno de los presuntos abigeos detenidos el sábado último, en plena faena de un ganado ajeno. Esto generó la indignación de vecinos, quienes vienen siendo víctimas del hurto de animales vacunos desde hace varios años.

En la madrugada del sábado 9 de setiembre dos sujetos fueron sorprendidos cuando faenaban un novillo ajeno, en la ciudad de Minga Guazú, a unos 4.000 metros de la ruta PY02. En el lugar fueron detenidos los sospechosos identificados como Carlos González Bogado (39) y Armindo Carlos Agustín Boschert Santander (38).

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Los dos sospechosos fueron imputados por la fiscala Carolina Rosa Gadea por abigeato. La representante del Ministerio Público también solicitó la prisión preventiva para ambos, considerando lo grave del hecho y el peligro de fuga.

Sin embargo, la juez Carina Fruto Recalde solo dictó la prisión preventiva de González Bogado, aplicó medidas alternativas a la prisión, disponiendo su arresto domiciliario. “El juzgado no encuentra obstáculo alguno para hacer lugar a la suspensión a la ejecución de la prisión preventiva”, refiere la resolución firmada por la citada magistrada ayer.

La magistrada alegó que la fianza real ofrecida por el procesado es suficiente. Lo llamativo es que la misma consistió en un automóvil marca Toyota, modelo Premio, blanco, chapa AAEG 736 que se utilizó para perpetrar el hecho.

Los vecinos de Minga Guazú se mostraron indignados ante la decisión de la jueza Carina Frutos Recalde. Esta mañana hicieron una manifestación simbólica frente a la Fiscalía de Ciudad del Este. Afirmaron que desde hace varios años vienen siendo víctimas de abigeos y sospechan que los dos detenidos cometieron el hecho varias veces.

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Para acompañar la investigación recurrieron a un abogado a fin de presentar una querella contra los procesados. Los afectados exhibieron varios videos de circuitos cerrados en los que se puede ver a Armindo Carlos Agustín Boschert Santander cometiendo otros hechos.

“Los vecinos ya están cansados porque les perjudican a personas de escasos recursos, son gente que se dedica a la venta de queso y leche. Hace varios años que vienen siendo víctimas en un rango de seis a diez kilómetros”, expresó el abogado Francisco Basili, quien asumió la querella en representación de las víctimas.