Los fiscalizadores se constituyeron en la curtiembre administrado por Miguel González, en respuesta a denuncia realizada por los vecinos del lugar, que en los últimos tiempos venían soportando fuertes olores putrefactos y de presuntos productos químicos utilizados para el procesamiento de cuero.

Los intervinientes del Mades, Francisco Giménez y Mirian Peralta, inspeccionaron el local donde se realiza pelambre, curtido y terminación de cuero vacuno. De acuerdo a los datos proporcionados por el responsable, en el lugar se curten aproximadamente 100 cueros por semana.

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Explicó que los efluentes generados por la línea de pelambre y curtido son dirigidos por ductos subterráneos hasta la planta de tratamiento que se encuentra ubicada en un inmueble ubicado frente a la planta industrial.

En tanto, los intervinientes refirieron que el proyecto no cuenta con sistema de recirculación de cromo, ni con separación o diferenciado de la línea de pelambre y curtido en el tratamiento primario. No cuenta con sistema de tratamiento terciario y la planta de tratamiento desemboca en el sistema de alcantarillado público.

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Durante el recorrido se constató la existencia de restos de cuero en desuso y residuos industriales depositados en el interior de la curtiembre, los cuales despiden olores nauseabundos.

La Directora de Fiscalización del Mades, Rocío Mendoza dijo que los fiscalizadores dejaron algunas indicaciones y recomendaciones técnicas. El responsable se comprometió, a través del Acta de Intervención, a realizar el retiro, traslado, tratamiento y disposición final de los residuos del cuero.

Todos los antecedentes del caso serán remitidos a la Dirección de Asesoría Jurídica del Mades, a fin de que se tomen las medidas correspondientes. Además, tiene que actualizar sus documentaciones porque no cuenta con licencia ambiental.