El fiscal general Rolón señaló que hay tres estamentos normativos –el Código Aduanero, el Código Penal y la Ley del Mercosur– que resultan en contradicciones entre sí a la hora de aplicarse a la lucha contra el contrabando y que requieren ser analizados para dar “claridad” a la ciudadanía y definir las sanciones según el contexto de las infracciones cometidas.

“El contrabando nos corroe, pero tenemos que definir las normas para que nuestra gente pobre no sufra”, argumentó. “El que trae para su supervivencia dos bolsones no es lo mismo que el que trae camiones; hay que definir en qué casos hay que aplicar multa y en qué caso mandarlos presos”, refirió.

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“Se generan las inequidades, la gente necesita claridad sobre cómo manejarse”, agregó.

Consultado sobre los casos de fiscales cuestionados por irregularidades y supuestos hechos de corrupción, el fiscal general dijo que “no se puede negar” que hay fiscales “corroídos” y señaló que bajo su administración del Ministerio Público se tomaron medidas como descomprimir las fiscalías adjuntas y rotar fiscales para prevenir el establecimiento de roscas corruptas.

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Sin embargo, indicó que la Fiscalía aún padece un déficit en el número de fiscales y adjuntos disponibles, por lo que “no podemos echar a todos” los agentes cuestionados.

“En forma mayoritaria hay gente muy buena y capaz, gracias a ello en estos meses logramos ganar un poco la confianza de la ciudadanía, ya no hay roscas, se cambiaron las piezas, la gente cuida su institución”, dijo Rolón.