
Estados Unidos, el dólar y el desequilibrio comercial
Sin embargo, el análisis del diario introduce observaciones importantes. Aunque tanto el déficit fiscal como el comercial de EE.UU. son significativos, no implican necesariamente una pérdida de ...
Sin embargo, el análisis del diario introduce observaciones importantes. Aunque tanto el déficit fiscal como el comercial de EE.UU. son significativos, no implican necesariamente una pérdida de confianza en su moneda. Por el contrario, la evolución del dólar parece estar influida principalmente por factores como la innovación tecnológica, las expectativas de rentabilidad en los mercados financieros y su papel como moneda de reserva global, más allá del simple desequilibrio entre importaciones y exportaciones.
En abril de 2025, el déficit comercial de Estados Unidos se redujo de forma drástica y alcanzó la mitad del nivel registrado en el mes anterior. Esta disminución respondió, en parte, a una baja del 19,9% en las importaciones, sobre todo de automóviles, teléfonos móviles y otros bienes duraderos. De acuerdo con el artículo, la causa principal fue que muchas empresas se adelantaron y compraron antes de la entrada en vigor de los nuevos aranceles impulsados por el gobierno. Es decir, no es una mejora estructural, sino una consecuencia coyuntural.
Aunque a primera vista esto podría parecer una buena noticia, no necesariamente indica un cambio profundo en la dinámica comercial del país. Para entenderlo mejor, es necesario mirar más allá de los números mensuales y analizar cómo Estados Unidos interactúa financieramente con el resto del mundo.
Cuando un país importa más de lo que exporta (como lo hace Estados Unidos desde hace décadas) genera un “desequilibrio externo negativo”. Este déficit se financia, en la práctica, con entradas de capital del extranjero, es decir, con inversiones o compras de activos estadounidenses por parte de otros países.
Algunos economistas sostienen que esta situación podría ser insostenible. Apuntan a que el creciente endeudamiento externo de EE.UU. (hoy en niveles equivalentes al 88% de su Producto Interno Bruto) implica un riesgo latente de que los inversores internacionales pierdan la confianza, dejen de financiar al país y se genere una crisis del dólar.
Sin embargo, el artículo del diario plantea una visión más completa. Señala que, a diferencia de la narrativa más alarmista, muchos países con déficits comerciales persistentes no han sufrido colapsos cambiarios. Como ejemplo, menciona lo ocurrido en el Reino Unido tras el Brexit, en el cual la libra cayó abruptamente, pero el comercio y las inversiones continuaron fluyendo con normalidad.
Para el WSJ, una de las claves para entender por qué Estados Unidos puede sostener déficits tan grandes durante tanto tiempo está en el estatus del dólar como moneda de reserva global. Esto significa que muchos países mantienen reservas en dólares y hacen sus transacciones internacionales en esta moneda. A su vez, cuando naciones exportadoras como China acumulan excedentes, muchas veces los canalizan hacia la compra de activos estadounidenses (bonos del Tesoro o acciones), manteniendo así la demanda por dólares elevada.
Este fenómeno tiene dos efectos. Por un lado, fortalece al dólar más allá de lo que indicarían los fundamentos comerciales y, por otro, reduce la presión sobre Estados Unidos para corregir sus desequilibrios externos. En términos simples, mientras otros países sigan queriendo invertir en EE.UU., el país podrá financiar su déficit sin mayores consecuencias inmediatas.
De esta manera, más que los flujos comerciales o los niveles de deuda, lo que parece influir con mayor fuerza en el valor del dólar son las expectativas sobre el rendimiento de las inversiones en Estados Unidos. En la última década, los extranjeros han invertido fuertemente en acciones de empresas estadounidenses, especialmente del sector tecnológico. Esto se refleja en el enorme superávit de servicios que registró EE.UU. en abril, el cual superó los US$ 25.800 millones.
La lógica es simple, si se espera que las empresas estadounidenses sigan liderando la innovación, por ejemplo, gracias a la inteligencia artificial o a un mercado laboral dinámico, los inversores seguirán apostando por ellas, lo que sostiene la demanda por dólares.
No obstante, esto no significa que todo esté bajo control. Las políticas fiscales expansivas, las tensiones comerciales y ciertos cambios legislativos (como el artículo 899 del nuevo plan de gasto, que podría aumentar los impuestos a los inversores extranjeros) pueden generar incertidumbre. Además, si los mercados comienzan a considerar que las acciones estadounidenses están sobrevaloradas, podría producirse un ajuste en la demanda de dólares.
Para el WSJ el futuro del dólar no está exclusivamente atado al balance comercial. Mientras Estados Unidos siga siendo un destino atractivo para el capital global, con sectores innovadores y una economía resiliente, es poco probable que su moneda pierda el protagonismo que tiene en el sistema financiero mundial.
*Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones
Fuente: https://www.abc.com.py/economia/2025/06/28/estados-unidos-el-dolar-y-el-desequilibrio-comercial/