
En menos de una década, depositantes casi se triplican en el sistema financiero
Dentro de ese universo, las personas físicas corresponden a quienes están registradas con número de Cédula o Pasaporte, mientras que las personas jurídicas agrupan a las entidades identificada...
Dentro de ese universo, las personas físicas corresponden a quienes están registradas con número de Cédula o Pasaporte, mientras que las personas jurídicas agrupan a las entidades identificadas mediante RUC o CRC de Extranjeros. En todos los casos, los depósitos considerados abarcan el conjunto de productos tradicionales del sistema financiero, incluyendo cajas de ahorro, cuentas corrientes, cuentas básicas y depósitos a plazo, entre otros.
Bajo estas definiciones, los datos del Banco Central del Paraguay (BCP) permiten observar con claridad cómo se fue transformando el vínculo entre la población, las empresas y el sistema financiero a lo largo de los últimos años.
La evolución de los depósitos en el sistema financiero paraguayo durante la última década refleja un proceso sostenido de expansión tanto en el número de personas con cuentas como en la cantidad total de depósitos registrados. En efecto, las estadísticas muestran un crecimiento persistente, con diferencias claras en la dinámica de las personas físicas y las personas jurídicas, así como en el ritmo de aumento de las cuentas respecto a los titulares.
En enero de 2016, el sistema financiero registraba 1.492.963 personas con al menos un depósito, de las cuales 1.466.669 correspondían a personas físicas y 26.294 a personas jurídicas. En ese momento, la cantidad total de cuentas ascendía a 2.249.850. A partir de allí, se observa una tendencia claramente ascendente. Para septiembre de 2025, el número total de personas con depósitos alcanzó 4.155.512, lo que implicó que la base de usuarios prácticamente se triplicó en menos de diez años. En paralelo, la cantidad de cuentas llegó a 11.617.377, evidenciando un crecimiento incluso más acelerado.
El aumento está impulsado, principalmente, por las personas físicas. Entre 2016 y septiembre de 2025, el número de personas físicas con al menos un depósito pasa de 1.470.000 a más de 4.103.000, avance que refleja una profundización del vínculo de los hogares con el sistema financiero, ya sea por mayor bancarización, expansión de productos básicos o incorporación de nuevos usuarios al circuito formal. El crecimiento no es lineal, pero sí persistente, incluso en períodos complejos como los años de la pandemia, cuando la cantidad de personas con depósitos continuó aumentando.
Las personas jurídicas también muestran una trayectoria ascendente, aunque con un peso relativo menor. En enero de 2016 se registraban casi 27.000 personas jurídicas con depósitos, mientras que en septiembre de 2025 la cifra ascendió a 52.000.
Un aspecto central del análisis es la brecha entre la cantidad de personas y la cantidad de cuentas. En 2016, el sistema registraba en promedio unas 1,5 cuentas por persona. Para septiembre de 2025, esa relación supera claramente las 2,7 cuentas por persona, indicando que el crecimiento del número de cuentas no solo responde a la incorporación de nuevos usuarios, sino también a una mayor diversificación de productos financieros por titular. Las personas, tanto físicas como jurídicas, tienden a mantener más de un depósito, ya sea por segmentación de ahorro, uso de cuentas específicas o mayor sofisticación en la gestión financiera.
Durante el período más reciente, el dinamismo se intensifica. Entre enero de 2024 y septiembre de 2025, el total de personas con depósitos crece de 3.177.258 a 4.155.512, mientras que las cuentas pasan de 7.409.655 a 11.617.377. Este salto pone de manifiesto una aceleración en la apertura de cuentas, especialmente entre personas físicas, que aumentan de 3.133.823 a 4.103.511 en el mismo lapso.
En conjunto, los datos del BCP describen un sistema financiero en expansión, con una base de usuarios cada vez más amplia y una utilización más intensiva de productos de depósito. La evolución de las personas físicas explica la mayor parte del crecimiento, mientras que las personas jurídicas acompañan la tendencia con un aumento sostenido, aunque más gradual. Por tanto, la brecha creciente entre personas y cuentas sugiere un proceso de profundización financiera, con implicancias relevantes para el ahorro, la intermediación y la estabilidad del sistema.
*Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones
