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El presidente que convirtió pasión en legado azulgrana

En el centro de esta historia está Juan José Zapag, cuyo mandato se cierra con la sensación de misión cumplida.“La pasión por Cerro es el principal combustible. Solamente esa pasión ...

En el centro de esta historia está Juan José Zapag, cuyo mandato se cierra con la sensación de misión cumplida.

“La pasión por Cerro es el principal combustible. Solamente esa pasión te impulsa cada día, sobre todo en las adversidades”, opina el conocido presidente azulgrana.

Esa pasión, que se repite en las conversaciones con dirigentes, técnicos y jugadores, no es solo un eslogan. Es el motor que explica por qué, en momentos adversos, el club se levantó una y otra vez, moviendo a toda la afición cerrista.

“Porque el hincha de Cerro se merece todo. Y ellos nos motivaron siempre a levantarnos, a seguir”, alude.

Zapag lo dice con la naturalidad de quien ha pasado noches en vigilia pensando estrategias y mañanas recorriendo obras en construcción: la Nueva Olla, el Parque Azulgrana y el Polideportivo.

Detrás de cada decisión hay un equipo. No es casualidad que Zapag, en varias ocasiones, vuelva sobre la idea del grupo de trabajo, ese equipo que le acompañó siempre en las buenas y en las malas.

“Tuve distintas directivas y gente muy valiosa en distintos momentos. Tuve equipos de trabajo y ellos son determinantes”, asegura.

Esa prioridad por el trabajo colectivo se tradujo en un estilo de gestión en todos estos años.

“Es un estilo de hacer las cosas: en equipo. Priorizando siempre la excelencia en todo lo que hicimos”, justifica.

Y añade, con la calma de quien confía en el tiempo. “La Nueva Olla, el Parque Azulgrana, el Polideportivo, e incluyo la gestión deportiva. Amén de que no siempre te den los resultados anhelados, pero en todo buscamos la excelencia y el tiempo nos dará la razón. Estoy muy seguro”, afirma.

El arquitecto azulgrana

El liderazgo de Zapag no evitó la tensión natural de una institución tan grande y pasional como lo es Cerro Porteño.

El título del Torneo Clausura llegó en un año lleno de presiones deportivas. “Tuvimos que aislarlos del microclima político que vive el Club por lo electoral. Ese es el primer paso que dimos”, comenta Zapag.

“Cerro Porteño es una institución poderosa y muy tentadora para distintos grupos y lastimosamente existen quienes no priorizan los intereses del Club”, opina.

Para afrontar eso, el presidente trabajó en estructuras, para fortalecer el capital humano: “Logramos ese objetivo y también el de construir a nivel de grupo humano, uno muy sano y competitivo. Con dos DT distintos y pasando por el interinazgo de Achucarro, el grupo estuvo unido siempre y respaldado de cerca por su presidente, el Departamento de Fútbol, staff y ni hablar por la maravillosa hinchada. Cada detalle fue fundamental”, sostuvo.

Entre las múltiples obras y decisiones de su gestión, una resalta por su impacto simbólico y práctico.

“Sin dudas La Nueva Olla. De entre todos los grandes proyectos impulsados, el imponente estadio de orgullo nacional es el de mayor impacto”, asegura.

“Ya hemos vivido jornadas históricas en LNO, tanto local como internacional. Y no solo a nivel deportivo, también con espectáculos de primer nivel mundial”, rememora.

Refiriéndose a logros de su gestión, Zapag no elude la autocrítica ni la modestia. “Me resulta difícil quedarme con uno solo, pero sin dudas es este el mayor proyecto ejecutado de mayor trascendencia y proyección”, sostiene.

Un liderazgo que marcó época en barrio Obrero

La transformación institucional es otra de las marcas de su mandato. “Encontramos un Cerro Porteño distinto y dejamos otro a nivel institucional”, sostiene Zapag con convicción, y lo completa recordando y valorando el pasado de sus antecesores.

“Jamás invalorando todo lo aportado desde 1912 por grandes dirigentes y protagonistas de distintas áreas. Pero sí, con mucho orgullo digo que dejamos un club muy poderoso, sólido y con un presente muy bueno y ni hablar de la proyección en el tiempo. Somos el club más poderoso del Paraguay. Y no es demagogia; es realidad”, resalta.

En todo este tiempo, para Zapag, gestionar un club grande también implicó filtrar ruidos y aprender a distinguir las críticas constructivas de las destructivas.

Zapag lo define con una frase que resume experiencia y cautela. “Tomando las cosas como de quienes vienen. Con los años sabemos ya identificar muy claramente la crítica sana de aquellas con mala intención”, revela.

“Con el puñal bajo el poncho, como se dice”, confiesa. “Pero intentamos que la autocrítica de por sí sea una herramienta y valernos de ella para no dejar permear a aquellas malintencionadas”, indica.

Ese cuidado por la convivencia interna ayudó a sostener proyectos y resultados, y a mantener la calma administrativa en momentos de presión.

La obra de una vida

Y cuando el diálogo se pone sentimental, Zapag vuelve al afecto que une dirigentes y la gran hinchada. “Cada título alcanzado es el mejor abrazo que puedo darle como presidente al hincha. Dejaré la presidencia y seré un hincha más a partir de ahí. Por eso traté de pensar y sentir siempre como el hincha lo hace”, confiesa.

“Jamás me he apartado de esa mirada y respetando profundamente a ellos, los hinchas. Es el mejor parámetro del cual guiarse y así lo hice”, rememora.

Es la confesión de alguien que no se desentiende de las gradas ni de la identidad popular que define al club más popular del país. Al que definen como La mitad más 1.

El legado de Zapag incluye, además, una advertencia y una hoja de ruta para quien tome la posta. “A quien ocupe la presidencia del club más importante del país, que cuide cada mínimo detalle. Le dejamos un club modelo, proyectado a lo más alto. Que capitalice las formativas que son nuestras joyas”, aconseja.

“Somos el club ubicado en el puesto 28 a nivel mundial en formativas. Es momento de dar el gran salto con nuestros canteranos como grandes protagonistas. Que el presidente, sea quien sea, ponga a Cerro primero. Por encima de todo y todos”, desea.

Esa es, quizás, la síntesis más clara de su gestión: obras, orden institucional, formación y un compromiso inexorable con el hincha.

Al despedirse de la presidencia, Zapag promete volver a las gradas del hincha, promete seguir siendo parte de la historia azulgrana como un socio más, con la misma pasión que lo impulsó desde el día uno.

En el balance final, queda la sensación de que bajo su mandato Cerro ganó algo más que títulos: ganó estructura, modernidad y una narrativa que ahora deberá continuar quien asuma.

También queda un mensaje personal para la afición: “Que la pasión es combustible y al mismo tiempo responsabilidad”.

Y en manos de Zapag, esa responsabilidad encontró forma y memoria, un legado que perdurará en el tiempo, no solo en obras sino en el corazón de los aficionados que siguen abrazando con pasión al club que mueve corazones desde el emblemático barrio Obrero.

Fuente: https://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/abc-revista/2025/12/07/el-presidente-que-convirtio-pasion-en-legado-azulgrana/

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