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El Mercosur ante un nuevo escenario global de desafíos y oportunidades

Mientras la economía mundial creció 2,9% en 2024, impulsada por la recuperación de Estados Unidos y China, el Mercosur avanzó a un ritmo más lento, con un promedio de expansión de 2,2%. El de...

Mientras la economía mundial creció 2,9% en 2024, impulsada por la recuperación de Estados Unidos y China, el Mercosur avanzó a un ritmo más lento, con un promedio de expansión de 2,2%. El desempeño fue muy heterogéneo: Paraguay lideró con 4,2%, seguido de Brasil (3,4%) y Uruguay (3,1%). En contraste, Argentina enfrentó una recesión del 1,7% y Bolivia creció solo 2,1% en medio de restricciones cambiarias. Al incluir a Venezuela, cuyo PIB se expandió 6,2% por un incremento en las exportaciones de petróleo, el promedio regional subió a 2,9%.

Las proyecciones para 2025 eran alentadoras, pero el giro proteccionista en Estados Unidos cambió el panorama. La CEPAL estima un crecimiento de 3,0% para el bloque, con un repunte en Argentina debido al nuevo acuerdo con el FMI, aunque la incertidumbre persiste.

El comercio exterior

En 2024, las exportaciones de bienes del Mercosur alcanzaron 449.650 millones de dólares, con un leve crecimiento del 2,1%. Argentina y Uruguay fueron los más beneficiados por la mejora en la producción agrícola y de celulosa, respectivamente. Brasil registró una caída del 0,8% y Paraguay retrocedió 8,3%, afectado principalmente por la caída de los precios internacionales de los commodities.

Las importaciones del Mercosur alcanzaron 358.780 millones de dólares, manteniéndose prácticamente estables en comparación con el año anterior. Este resultado obedeció a un aumento del 9,2% en los volúmenes y a una reducción del 9,3% en los precios. De esta manera, se registró un superávit comercial de 91.000 millones de dólares, lo que equivale al 3,1% del PIB del bloque. No obstante, el comercio de servicios arrojó un déficit de 55.000 millones de dólares, explicado principalmente por las mayores compras de Brasil en turismo y servicios empresariales.

El gran cambio llegó en abril de 2025, cuando Washington aplicó un arancel generalizado del 10% a las importaciones del Mercosur, con un 15% para Venezuela. La medida, bajo la bandera de la “reciprocidad comercial”, elevó el arancel promedio de 1,5% a 12,6% en apenas seis meses.

El costo estimado para el bloque asciende a 5.100 millones de dólares anuales. Brasil es el más afectado por su peso exportador en acero y aluminio; Argentina en productos químicos y aluminio; Paraguay en cuero y alimentos procesados; Uruguay en carne bovina; y Bolivia en estaño y quinoa.

Pese a los riesgos, también emergen oportunidades. La imposición de aranceles a otros países podría abrir espacio para exportaciones de camarones, tractores, arroz, herbicidas, muebles y plásticos del Mercosur. Asimismo, la baja de precios de materias primas, aunque negativa para exportadores, beneficia a importadores de combustibles como Paraguay y Uruguay.

Diversificación productiva

El boletín subraya la importancia de reducir la dependencia de productos primarios y pocos destinos. De acuerdo con el informe, existen oportunidades de diversificación en agroindustria, alimentos preparados, lácteos, vinos, software y energías renovables.

Brasil y Argentina tienen margen para avanzar hacia manufacturas más complejas; Uruguay puede reforzar nichos de calidad y logística; Paraguay tiene ventajas en manufacturas ligeras gracias a su energía limpia y costos competitivos; y Bolivia puede ampliar su base agroindustrial.

Por su parte, el comercio intrarregional se mantiene rezagado: apenas representa el 11,9% del total, muy lejos del 27,6% registrado a finales de los 90. Esto refleja la urgencia de eliminar barreras no arancelarias, mejorar infraestructura y articular cadenas de valor dentro del bloque.

Desafíos para el futuro

El MERCOSUR atraviesa una coyuntura decisiva. El boletín destaca que, para consolidar su papel en la economía global, el bloque necesita:

-Revitalizar el comercio intrarregional y facilitar la participación de las pymes.

-Impulsar una transición verde, con estándares ambientales comunes y nuevas industrias limpias.

-Modernizar su gobernanza y reforzar la cooperación institucional.

-Diseñar una estrategia internacional más inteligente, que combine apertura con la defensa de los intereses productivos.

En la coyuntura actual, el desafío es doble: responder a las tensiones globales y, al mismo tiempo, avanzar hacia un desarrollo más sostenible, inclusivo y competitivo. El bloque cuenta con ventajas -abundancia de recursos naturales, energía limpia, mercados internos en expansión y una base productiva creciente-, pero transformar estas fortalezas en oportunidades dependerá de la voluntad política y de la capacidad de actuar en conjunto. En un mundo en plena reconfiguración, el Mercosur debe definir si se conforma con ser un actor secundario o aspira a consolidarse como un protagonista con voz propia.

* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.

Fuente: https://www.abc.com.py/economia/2025/09/18/el-mercosur-ante-un-nuevo-escenario-global-de-desafios-y-oportunidades/

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