El fiscal de la Unidad Antidrogas de Filadelfia, Andrés Arriola, confirmó que el problema de consumo de drogas en el departamento de Boquerón está lejos de menguar y toma cada vez mayor escala. Los últimos operativos realizados en la zona arrojaron resultados alarmantes, ya que los traficantes operan tanto a pequeña como a gran escala, mientras el consumo de drogas gana cada vez más usuarios.

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“Está en pleno auge el microtráfico, de ser un departamento muy tranquilo ahora vemos que la juventud está muy afectada por las drogas”, dijo Arriola.

Manifestó que afecta a todas las culturas por igual. El sector educativo (colegios y escuelas), junto con las comunidades nativas son las zonas más buscadas por los traficantes para fidelizar clientes, indicó el fiscal Arriola.

Muchos son menores, que desde los 12 años de edad venden y consumen sustancias en su círculo de amigos. A esa edad son inimputables por lo que el procedimiento adecuado es someterlos a una rehabilitación, cosa que tampoco es posible ya que no existe un centro de rehabilitación en todo el Chaco que les pueda dar una contención tanto a los jóvenes afectados como a los padres para por lo menos saber qué medidas tomar por el bien del menor.

Las familias que pueden envían a sus hijos para una rehabilitación a Asunción, pero los costos son altísimos por lo que imposibilita mucho más aún romper el círculo vicioso. Pese a la buena voluntad de las escuelas y otros entes ligados a la causa, falta una fuerte inversión estatal en esa área que permita dar una salida a quienes se quieren recuperar.

Los allanamientos con los que se busca desbaratar bandas de microtráfico son frecuentes en las ciudades de Filadelfia, Loma Plata y Mariscal Estigarribia (hay casos recientes incluso en la Villa Militar). Las drogas de mayor circulación siguen siendo marihuana y cocaína que comúnmente es fraccionada en moñitos para su distribución. En cuanto a los operativos a gran escala, son principalmente realizados en la frontera, la mayoría de las veces con muy buenos resultados.