Cada 6 de junio se recuerda a nivel mundial el “Día del paciente trasplantado” con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de millones de personas de todas las edades y sexo, pacientes crónicos o terminales, de acceder a un trasplante de órganos.

En ese sentido, cada día resulta más vital la donación de órganos y tejidos de personas sanas, que hacen la diferencia entre la vida y la muerte para algunos y para otros la posibilidad de mejorar su calidad de vida.

En este día, recordamos a una paciente muy especial, Tatiana Benítez, la primera niña en recibir un trasplante de corazón en Paraguay hace ya 17 años.

Últimamente, Tatiana estuvo internada y muy grave, pero afortunadamente ya fue dada de alta y continúa luchando por sus sueños y por poder dejar bien en alto el nombre del Paraguay.

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El doctor Marcos Melgarejo, director de Trasplantes del Hospital de Acosta Ñu, recordó con mucho cariño el caso de Tatiana, trasplantada en el año 2007, y quien recientemente fue internada.

“Ella ingresó en el San Jorge con nosotros, grave, estuvo intubada y no necesitamos hacerle una cirugía de bypass, porque las arterias del corazón se fueron obstruyendo (pero) le colocamos cuatro extends”, comentó.

Pese a este panorama en el que incluso le advirtieron a su madre que se temía lo peor, a mediados de mayo Tatiana fue dada de alta en perfectas condiciones.

“Una satisfacción enorme, porque la he visto muy grave realmente y ella está en este momento en su casa recuperándose con todas las funciones del organismo normal y con toda su esperanza, sus proyectos, ella quiere ir a Europa, hacer sus estudios en Italia”, agregó el médico.

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El doctor señaló que pese a los momentos muy difíciles que vivió, que también implicaron desafíos muy grandes para sus médicos, ella continúa con el espíritu y sus sueños intactos.

“Es una niña realmente con una mentalidad increíble. Por todo lo que pasó a los 8 años le hemos trasplantado y tiene una mentalidad positiva impresionante. Realmente da una alegría conversar con ella”, añadió.

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Reconoció y aseguró que la propia Tatiana es consciente de que en algún momento de su vida debe volver a ser trasplantada. “Eso tiene un término de vida. Lo normal es que a los 10 años del trasplante, el 80% de los pacientes están bien y 20% tuvieron que haberse trasplantado de vuelta”.

“Ella pudo desarrollarse en toda su infancia, adolescencia y edad adulta, deportista profesional, entonces, ella es el ejemplo de que vale la pena todo el sacrificio del programa de trasplante”, dijo con muchísima emoción y orgullo.