La aparición de Iturbe fue la única diferencia

El primer tiempo presentó un trámite áspero y con pocas situaciones de riesgo. Sportivo Ameliano se mostró más fino, con una propuesta cautelosa, buscando transiciones rápidas por las bandas con sus veloces extremos. Cerro Porteño, por su parte, aún en deuda en materia de generación de juego, activaba su ataque principalmente cuando el lateral Blas Riveros se sumaba a la ofensiva.

El “Ciclón” no demostraba los recursos futbolísticos ni la vía para quebrar el cero, pero vio facilitado el camino luego de la expulsión infantil sobre el cierre de la primera mitad de Alejandro Samudio tras un puntapié al rostro de Blas Riveros, que le produjo un corte al lateral. La acción, inicialmente sancionada con amarilla, fue corregida a tarjeta roja por el VAR.

Esa incidencia hizo que el elenco comandado por Diego Martínez jugara con superioridad numérica en toda la etapa complementaria. La propuesta del dueño de casa no se alteró, pero sí se reforzó con variantes para el segundo tiempo. El elenco azulgrana inclinó el juego hacia campo anfitrión, sin embargo, seguía sin tener profundidad para capitalizar los avances; solo una individualidad podía hacer la diferencia ante la carencia de juego colectivo.

El tanto ganador llegó precisamente de su mejor figura ofensiva de la actualidad. La acción nació en un desborde por derecha de Aguayo, quien metió un centro entre dos rivales, que cayó al borde del área. Allí apareció el volante Robert Piris da Motta para intentar una pirueta fallida que dejó de cara al arco a Juan Manuel Iturbe, este con un potente zurdazo al techo del arco sometió a Martínez y llegó a su quinto tanto en los últimos tres partidos, valiéndole puntos de líder a Cerro Porteño de un reducto complicado.