El padre Cristóbal López es el arzobispo de Rabat, Marruecos, y también es un cardenal salesiano nacionalizado paraguayo. Por este último punto, el religioso extendió un mensaje hacia el pueblo que “lo adoptó”.

“El pueblo paraguayo, que es el mío, porque soy también paraguayo de adopción; el Paraguay me adoptó y yo adopté al Paraguay... es algo tan querido que me duele en el corazón", comentó.

Al respecto, dijo que se encuentra “preocupado” por todas las noticias que recibe sobre los “momentos fuertes de corrupción” que ahora salen a la luz.

“No es que se están viendo; estaban, salen a flote y ponen de manifiesto esta gangrena o este cáncer que desde hace décadas, por no decir siglos, está corroyendo al pueblo paraguayo”, agregó.

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Como parte de su mensaje, el religioso hizo “una llamada a cada paraguayo” con la intención de que sea “honesto”.

“Hemos empezado ayer la Cuaresma, este tiempo que es un tiempo de conversión, que es un tiempo de darse la vuelta de si estábamos de espaldas a Dios, ponernos de cara, si estábamos alejados de Dios de acercarnos a él, pero cambiando nuestras actitudes interiores profundas. No puede ser que un pueblo tan católico, donde todo el mundo es creyente, donde todo el mundo ama entrañablemente a la Virgen de Caacupé donde hay manifestaciones, novenas, retiros, sacramentos, actos religiosos por todas partes... que luego haya esta práctica de corrupción, de desigualdad social, de problemas económicos, de pobreza generalizada”, agregó en contacto con la 1080 AM.

Como parte de su idea, reiteró que el pueblo paraguayo tiene que ser uno “que defiende la vida en todos sus aspectos y que lucha siempre contra la corrupción”, aunque esto debería empezar en uno mismo.

“Mi invitación a mí mismo y a todos mis compatriotas paraguayos es a vivir de esa manera que cada uno de nosotros sea sal de la tierra y luz del mundo y que no seamos factor de tinieblas, que no seamos un factor que conduce a la muerte y siempre a la vida", concluyó.

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