
Cañicultores de Troche aguardan otro inicio tardío de la zafra 2025
Los cañicultores del distrito de Mauricio José Troche, en el departamento de Guairá, viven nuevamente la incertidumbre y el desgaste económico que genera el tardío inicio de la zafra azucarer...
Los cañicultores del distrito de Mauricio José Troche, en el departamento de Guairá, viven nuevamente la incertidumbre y el desgaste económico que genera el tardío inicio de la zafra azucarera. Aunque se había prometido que la molienda comenzaría en la primera quincena de junio, la planta alcoholera de Petropar sigue sin operar.
A lo largo de la semana, cerca de 200 camiones y remolques cargados de caña dulce fueron estacionándose en la playa de espera frente a la planta. Los productores alertan que la materia prima ya comenzó a perder peso y calidad, un problema que podría terminar en descuentos al momento de la liquidación, tal como ocurrió en zafras anteriores.
Cristian Fonseca, presidente de la Asociación de Cañicultores de Mauricio José Troche, confirmó que siguen esperando con expectativa el inicio de la molienda. Según la promesa de la estatal, el viejo tren de molienda —con más de cuatro décadas de antigüedad— sería activado este mismo jueves.
Según el representante, el atraso se vuelve a dar por la demora en la reparación del mismo equipo de siempre. Al firmarse el acuerdo que puso fin a la última movilización de cañicultores, Petropar había prometido un nuevo proyecto para reemplazarlo.
A la problemática del retraso técnico se suman factores climáticos que este año agravaron aún más la situación del campo. Las prolongadas condiciones de sequía que afectaron a gran parte del país, seguidas por heladas en las últimas semanas, provocaron un daño considerable en las plantaciones. Muchos productores ya estiman una caída en el rendimiento de la caña por la pérdida de azúcar en los tallos.
El gremio de productores había firmado un acuerdo con representantes de Petropar a principios de mayo, tras días de manifestación sobre la ruta PY02. Uno de los compromisos asumidos por la empresa estatal fue iniciar la zafra puntualmente en la primera quincena de junio. No obstante, la promesa volvió a incumplirse.
Además del inicio tardío, preocupa el cumplimiento de otras cláusulas firmadas en el acuerdo, como el precio justo por tonelada y una política clara para evitar los descuentos arbitrarios que se aplicaban cuando la caña ingresaba deteriorada por la espera.
“Nosotros cumplimos, preparamos la caña, transportamos el producto, asumimos el costo del flete. Pero si la planta no está lista, el daño es todo nuestro”, expresó Fonseca.
Los cañicultores señalaron que las demoras de cada año generan un ciclo de pérdidas acumuladas que va comprometiendo la sustentabilidad de la actividad.
La falta de infraestructura adecuada también es un factor crítico. El nuevo tren de molienda, que debía estar operativo, sigue sin concluirse. La estatal ya invirtió unos G. 41.000 millones, pero el ingenio continúa dependiendo de una maquinaria obsoleta que cada año presenta más problemas.