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Caacupé: “Sin conversión social, política y económica, no hay futuro” advierte monseñor Pistilli

El obispo de Encarnación, ofreció una homilía profundamente crítica que se convirtió en un llamado de atención a toda la sociedad paraguaya.Con voz firme, resaltó que “hay que logra...

El obispo de Encarnación, ofreció una homilía profundamente crítica que se convirtió en un llamado de atención a toda la sociedad paraguaya.

Con voz firme, resaltó que “hay que lograr juntos una conversión social, política y económica”, frase que se transformó en el eje de su mensaje y que generó un fuerte impacto entre los presentes.

Pistilli expuso que, pese a la enorme fuerza productiva del país y su capacidad para generar energía limpia, el Paraguay continúa marcado por profundas desigualdades.

“Los beneficios no llegan a todos”, subrayó, señalando que la estructura económica actual sigue dejando atrás a miles de familias y ampliando la brecha entre sectores.

Para el obispo, esta realidad constituye una deuda social urgente. Criticó la lógica de decisiones que terminan siendo “pan para hoy y hambre para mañana”, poniendo en riesgo el futuro del país y de las próximas generaciones.

Agregó que la verdadera riqueza no puede limitarse a indicadores económicos, sino que debe medirse por “el valor de cada vida y el cuidado de todos y de todo”, recordando que ninguna nación prospera si deja abandonados a los más vulnerables.

En su llamado, Pistilli enfatizó textualmente “No destruir para construir, no depredar para consumir, no dividir para reinar, ni acaparar para que pocos se sientan bien”. Planteó que el Paraguay necesita un cambio de rumbo que integre progreso económico con justicia social, sostenibilidad ambiental y dignidad para todas las personas.

El obispo situó este desafío dentro del marco de la conversión ecológica integral, advirtiendo que el deterioro de los recursos naturales afecta de manera directa a los más pobres. Recordó que la tierra, el agua y la naturaleza no pueden seguir siendo explotadas sin responsabilidad, porque de ellas depende la vida misma.

Aclaró que la conversión ecológica “no se agota en discursos”, sino que requiere “ejemplos vivos”: reducción de residuos, uso de energías limpias, movilidad sostenible, apoyo a la agricultura familiar e impulso a la formación de jóvenes para la vida rural. Señaló que la Iglesia no puede actuar como “el pastorcito que gritaba que venía el lobo”, sino que debe predicar con credibilidad y transparencia.

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La Esperanza

“Hermanos y hermanas, la vida pasa por diferentes momentos, que la cadencia de la liturgia expresa y celebra para recordarnos que el Señor siempre nos acompaña. Hay tiempos donde no todo es evidente, pero la promesa es firme y hay razones para la esperanza en el suelo de la fe”, dijo monseñor mencionando que el Adviento es el tiempo de esta esperanza activa, que nos hace confiar en Dios que viene a nuestro encuentro.

“La esperanza en Cristo no defrauda. Debemos estar firmes en ella, queremos ser custodios de la vida y de la creación, para preservarla sana y vital, para las generaciones presentes y para las de mañana. Habitemos y construyamos juntos la Casa Común, que nos abriga y nos nutre”, recalcó.

Monseñor también cuestionó que como país somos una gran fuerza productiva en el campo y en la generación de energía limpia. Sin embargo, el equilibrio ecológico es delicado y la balanza de la justicia es sensible. El índice de pobreza refleja una realidad dolorosa: el beneficio social y económico de nuestra fuerza productiva sigue sin llegar a todos y se mantienen marcadas diferencias en cuanto al acceso a bienes y oportunidades, que hacen al bien común.

Es aquí donde resuena la palabra del Señor: “Denles ustedes mismos de comer”. Este mandato nos desafía a atender y buscar preservar la salud del suelo, del agua, de la naturaleza y de la vida, porque de ello depende la existencia misma, de nuestros hermanos más pobres y de todos. Por eso nos apremia una conversión ecológica, que ayude a construir mejores condiciones en el uso y cuidado de nuestra Casa Común.

Finalmente, confió el destino del país a la Virgen de Caacupé, a quien describió como modelo de humildad, sabiduría y unidad. Invitó a los paraguayos a trabajar por un país donde se construya justicia, armonía y respeto, para que simbólicamente “el lobo viva en paz con el cordero”, guiados por una economía centrada en el cuidado, la solidaridad y la dignidad de todos.

Fuente: https://www.abc.com.py/nacionales/2025/12/03/caacupe-sin-conversion-social-politica-y-economica-no-hay-futuro-advierte-monsenor-pistilli/

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