En selectivos mundialistas aún no tuvimos la satisfacción de ganarle al seleccionado brasileño, que esta vez incluso rompe su “religión” al tener un técnico extranjero: el italiano Carlo Ancelotti.

En el recorrido de las Eliminatorias, pasaron 19 partidos de la selección paraguaya frente a Brasil, en los que solo en tres ocasiones se pudo festejar un triunfo, los tres en casa. De los cuatro empates, dos fueron en el estadio Maracaná, en la previa a Argentina 78 y México 86 (ambos 1-1).

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Al segundo juego del penúltimo combo de este selectivo, el equipo de Gustavo Alfaro llegó con 24 puntos (igual que Ecuador), en la tercera posición en la clasificación. De lo tan cerca que está volver a una Copa del Mundo, se refiere a la posibilidad de un punto que sería suficiente al cerrarse esta serie. Pero por la buena costumbre a la que nos volvió a arropar la Albirroja, por qué no pensar en “cazar otra utopía” más y tomarnos el gusto de tumbar en su terreno al seleccionado brasileño. Que no pese ese temor de pensar que justo en este encuentro se puede registrar el primer traspié en el ciclo del técnico Gustavo Alfaro, que se sostiene en invicto cuando ya dirigió 9 fechas.

Después del reconfortante triunfo sobre Uruguay, la plantilla albirroja se puso a diagramar ayer, primero la recuperación plena tras el esfuerzo de anteanoche, el viaje al otro lado de la frontera del este y quién será el reemplazante de Matías Galarza, no elegible por la acumulación de dos tarjetas amarillas.

En el duelo del jueves, en su lugar ingresó Mathías Villasantti, pero en la pizarra de Alfaro se anotan otras opciones no solo en ese lugar.