
Ardieron los millones: pupitres chinos de Itaipú se hicieron cenizas en escuela de Areguá
Lo que indigna es que ...
Lo que indigna es que los pupitres quemados formaban parte de la última remesa de costosos muebles pedagógicos distribuidos por Itaipú Binacional en escuelas públicas, como parte de un plan impulsado por el Gobierno de Santiago Peña.
Cada conjunto de mesa y silla fue adquirido a 97 dólares (G. 756.000) y adjudicado a la empresa Kamamya S.A., una empresa sin trayectoria en fabricación de muebles, conocida hasta hace poco como proveedora de sábanas.
La firma, vinculada a Long Jiang, amigo personal del vicepresidente Pedro Alliana, logró un contrato por 32 millones de dólares para importar y ensamblar los denominados “muebles pedagógicos” chinos.
Solo en Cordillera, la binacional entregó el pasado fin de semana 14.109 muebles escolares, mientras que en Central se distribuyeron 145.213 unidades, de acuerdo a reportes oficiales. Sin embargo, la distribución sigue generando polémica.
En distritos como San Antonio y otras comunidades humildes del departamento Central, las escuelas siguen sin recibir los prometidos pupitres y deben arreglárselas con mobiliarios viejos, rotos y en condiciones deplorables.
“Nos cansamos de pedir a las autoridades que hagan caso a nuestras necesidades, y ahora nos en Areguá se quemaron nuestros muebles que costaron millones”, lamentó de forma anónima una madre de la escuela de la comunidad de Estanzuela.
"Los pupitres chinos no sirven si las escuelas se caen a pedazos", dice gobernador de Central
Sobrecosto de pupitres chinosA pesar de las reiteradas críticas y cuestionamientos por el sobrecosto, la opacidad en la adjudicación y la calidad de los pupitres importados, el Ejecutivo continúa presumiendo sobre el volumen de mobiliario entregado, ignorando el verdadero estado de abandono en el que se encuentran numerosas instituciones educativas en zonas vulnerables del país.
El incendio de Areguá expone no solo la fragilidad del material de los millonarios pupitres chinos que ardieron en minutos, sino también la ausencia de una planificación equitativa y transparente en la inversión pública, especialmente en un área tan sensible como la educación.
Sin aulas, sin mobiliarios y con promesas vacías, alumnos y docentes vuelven a quedar a la intemperie, mientras las autoridades celebran estadísticas que solo existen en sus oficinas.