Azules, a bañarse con agua bendita

Fue un partido incidentado, consecuentemente más cortado que jugado, sobre todo en su fracción inicial. No hubo entradas con “mala leche”, sí imprudentes que merecieron castigos disciplinarios.

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El colombo-venezolano Gutiérrez debió abandonar el campo por lesión tras un golpe accidental recibido de parte de Fernández. Otro que no completó el primer tiempo fue “Surubí” Benegas, quien literalmente se hizo echar por un pisotón a Torales.

El bueno del Tiburón Torres debe hacer magia prácticamente en Sol de América. Contando con un plantel por demás limitado, también sobre la marcha debe rearmar sus líneas con inferioridad numérica, priorizando obviamente el orden defensivo.

Dos ocasiones claras en la etapa, una para cada equipo. La V azulada pudo marcar con un zurdazo de Contrera que pasó cerca del poste de Ortiz.

Los danzarines replicaron con un cabezazo a quemarropa del lateral-volante Barrios. El balón fue desviado por Cristóforo, dio en el travesaño y la acción se transformó en tiro de esquina.

En la complementaria, Sol se multiplicó para mantener su arco en cero y generó un par de contragolpes para golpear, a través de Roa y Barrios. Terminó pagando su falta de puntería.

El tiempo pasaba, la V azulada no encontraba la forma de vulnerar la valla contraria hasta que un pase filtrado por el cerebral Bogado al chico Giménez, cuyo pase con dirección a Sarquis fue desviado por Delvalle para el autogol, que echó por tierra la sacrificada tarea de los azules, que necesitan una especie de exorcismo, porque tienen una mala suerte tremenda. Queda toda una rueda para salvar el año.

Para Giovanni Emmanuel Bogado (23 años), la clave del éxito de Ameliano contra Sol de América fue la paciencia, porque pese a la insistencia, no habían encontrado el camino del gol que llegó en los tramos finales.

El ofensivo devenido volante de contención significó que el partido “fue complicado”, pero lo pudieron sacar adelante con esfuerzo.

Los futbolistas de la V azulada portaron una pancarta en adhesión de Franco Ortellado (23), quien en el juego por Copa Paraguay contra Benjamín Aceval sufrió otra delicada lesión. El zaguero venía de reponerse a una rotura de ligamento cruzado.

Los futbolistas solenses abandonaron el campo de juego de Nacional con mucha tristeza, por la nueva caída.

Ronald Isaías Roa (24) expresó su dolor luego del traspié. “Tuvimos ocasiones claras, no aprovechamos y eso no pasó factura”.

“Siento una gran impotencia por no hacer goles”, significó.